Una nueva visión para la costanera de Boston y la resiliencia climática

La ciudad debe priorizar las oportunidades de desarrollo para crear espacios públicos verdes y resilientes antes de que se pierda la oportunidad de adaptar nuestra costa

Boston tiene una larga historia de usar a los parques para mejorar la vida diaria de sus residentes.

La Emerald Necklace, diseñada por Frederick Law Olmsted, fue imaginada como una “cinta verde” de espacio abierto brindando un escape de lo que era entonces una ciudad cada vez más industrial y contaminada. Fue esta idea de usar a los parques como medios para el bien y bienestar común que llevó a la fundación de los Trustees of Reservations in 1891 por Charles Eliot, protegido de Olmsted.

Imagen diseñada por Michael Van Valkenburgh Associates Inc. y los Trustees of Reservations usando sugerencias de la comunidad, esta primera visión de Piers Park III evolucionará a medida que continúa la participación de la comunidad y se incorporan más sugerencias del público. MICHAEL VAN VALKENBURGH ASSOCIATES, INC. Y THE TRUSTEES

Hoy, la necesidad de espacios abiertos de Boston es aún mayor debido a los impactos del cambio climático realzado por el continuo desarrollo de la costanera. Los espacios abiertos se vuelven cada vez más y más raros en la costanera, lo que explica por qué apoyamos una red de parques en la costanera y esperamos poder trabajar con el alcalde de Boston en planes como el borrador del plan de la ciudad para mayor espacio abierto a lo largo del Fort Point Channel. Si más espacios abiertos no son concebidos y construidos ahora, se perderá la oportunidad para las generaciones futuras.

Con más de 2,300 acres de parques, Boston se enfrenta a un momento decisivo como ciudad costera. Los efectos del cambio climático ya amenazan a nuestros vecindarios, empresas y lugares de valor histórico y cultural y se espera que se aceleren en apenas 30 años; uno no necesita más que contemplar el invierno de 2018, cuando Long Wharf estuvo sumergida debajo de varios pies de agua. Las vías proyectadas de las inundaciones cada vez llegan más adentro con el pronóstico de que el nivel del mar aumentará casi dos pies para el 2050.

 Hace seis años, mis colegas y yo comenzamos a cuestionar cómo podíamos continuar siendo líderes en la conservación de terrenos si no trabajábamos para mejorar la costanera de Boston. Para una organización de conservación de terrenos de 125 años de edad, era una idea revolucionaria. Con el apoyo de nuestros miembros, fundadores y organizaciones asociadas, esta idea se convirtió en nuestra Iniciativa de la Costanera de Boston y, a fines de 2020, con la designación de desarrollista del sitio de Massport, anunciamos el lugar de nuestro primer parque: Piers Park III en East Boston.

Según el análisis de preparación para el clima de la ciudad, uno de los vecindarios con mayor riesgo por el aumento en el nivel del mar y las oleadas de tormenta es East Boston. Su costanera en Marginal Street es el lugar más propicio para la inundación costera. Según el análisis, con una posibilidad anual de inundación del 1 por ciento, las aguas podían llegar el túnel de la Línea azul de la MBTA cerca del parque de Bremen Street y posiblemente a los túneles Sumner y Callahan. East Boston ofrece una población rica y culturalmente diversa y es históricamente una comunidad con menos acceso a espacios abiertos que otros vecindarios de Boston.

Hoy, Piers Park III es un muelle dilapidado en Marginal Street, fijado entre Piers Park I y los rascacielos de Boston. Nuestro primer diseño, creado por Michael Van Valkenburgh Associates Inc., usando contribuciones de reuniones con la comunidad (en inglés y español) y opiniones expresadas en línea, muestra el potencial de lo que puede ser este sitio: Un parque de nivel internacional, gratis y abierto al público, un lugar para el descanso, programación inclusiva y para celebrar los momentos de la vida, matrimonios, cumpleaños, construido usando una infraestructura resiliente que ayude a absorber las aguas de las inundaciones y proteja contra las oleadas de tormenta. Un lugar especial que sirva a la comunidad mientras la protege.

El espacio verde en nuestra costanera es una medida de adaptación crítica y una de las estrategias presentadas en el plan  Resilient Boston Harbor de la municipalidad. Un parque elevado con césped y plantas nativas y pantanos salitres pueden ayudar a actuar como una esponja natural y resiliente que “se recupera” luego de una disrupción significativa. Es una estrategia que se usa para proteger vecindarios en riesgo en todo el mundo — como Crissy Field en San Francisco y Brooklyn Bridge Park en Nueva York — absorbiendo agua de lluvia, creando espacios y vecindarios verdes y mitigando las tormentas impulsadas por el cambio climático y el aumento en el nivel del mar.

Un parque costero en un vecindario es un buen comienzo. Con las continuas presiones del desarrollo a lo largo y cerca de la costanera, la municipalidad debe priorizar las oportunidades de redesarrollo para crear estos tipos de espacios públicos verdes y resilientes antes de que se pierda la oportunidad de adaptar nuestras costas. Una decisión reciente de la Suprema Corte reafirma que el derecho del público al acceso a la costanera debe seguir siendo protegido. Y debemos hacerlo de manera tal que otorgue prioridad a nuestras comunidades vulnerables, haciendo que la costanera sea un lugar más atractivo no solamente para algunos sino para todos. Para nosotros, esta iniciativa habla sobre el fundamento de nuestra misión y debe ser seguida por otros proyectos de alcance y magnitud similar.

La fortaleza real de esta tarea serán asociaciones y mayores esfuerzos colaborativos. Organizaciones, empresas y residentes deben actuar: Expresar apoyo por una costanera más ecológica. Juntos, adaptemos nuestras costas hoy para disfrutar un mañana más resiliente.


El artículo de opinión, de la presidenta interina y directora ejecutiva de los Trustees, Jocelyn Forbush, se publicó originalmente en el Boston Globe el lunes 31 de mayo.